Compartir debe
ser una de las tareas formativas más importantes de la educación de nuestros
hijos. Enseñar a compartir evitará que no desarrollen
comportamientos egoístas y avariciosos en un futuro.
Ir transmitiéndoles valores como la generosidad,
y educarles para que sepan
desprenderse de lo material o para que sepan ponerse en el lugar de los demás. De esta forma, estaremos
contribuyendo a que nuestros hijos
sean mejores personas.
Para ello debemos enseñarles desde muy temprana edad; aunque debemos entender y respetar su correcto desarrollo.
Los
niños pequeños son egocéntricos de manera natural, y eso no es ni bueno ni malo, simplemente es lo normal, el niño conoce el mundo según una sola perspectiva, la de
él mismo. Esto significa que no son capaces de ponerse
en el lugar de los demás, todo el mundo gira alrededor suyo. El egocentrismo es
una etapa normal del desarrollo que los niños deben superar para convivir en
armonía.
En los dos primeros años de vida, los
niños no tienen ningún sentido de la propiedad, no distinguen cuando algo les
pertenece o no. Si llevan tiempo jugando con un juguete y se familiarizan con
él no entienden que pueda ser de otro. De igual forma, cuando prestan algo, piensan que no les va a
ser devuelto, que lo van a perder. Por
ello, es importante a esta edad no
obligarles a compartir ni prestar sus juguetes sin antes consultarles.
Debemos respetar sus sentimientos, de lo contrario, se podría convertir en un
niño inseguro y más egoísta a la hora de compartir sus juguetes.
A los dos o tres años empiezan a estar
preparados para entender el concepto de propiedad. Un error muy común que cometen los padres es decirles
en ese momento a los niños que todo es de todos. Esto puede ser contraproducente,
ya que los niños deben aprender que las cosas sí tienen un dueño, y que cuando
se quiere algo, hay que pedir permiso. Y además, deben entender que el
propietario puede decir que no, ya que hay cosas que se comparten y otras que
no.
Si
hacemos esto correctamente en esta etapa, el niño aprenderá los valores
sociales que rigen nuestra sociedad y su buena convivencia. Aprenderán a ser
respetuosos, considerados, a pedir permiso, etc.
A esta edad empiezan a jugar con otros niños, pero todavía no están preparados para compartir sus juguetes. Es importante que los padres sepan cuáles son aquellos juguetes que más usan para reservárselos cuando el niño esté solo; y los juguetes que no les importa prestar para compartirlos con otros niños.
A partir de los cuatro o cinco años, los niños ya están preparados
para entender los beneficios que les aportará el compartir con otros niños.
Entenderán que compartir sus objetos les ayuda a tener amigos, y a divertirse
más con ellos.
Es importante que los
padres enseñen a sus hijos las
ventajas que tiene que compartir.
Se debe enseñar que
las cosas se prestan de forma desinteresada para que su amigo esté contento y
que esto a su vez le hará sentirse bien a él.
Consejos
1-Explicarles los beneficios
Hay que explicarles a los niños las cosas buenas que aporta compartir, y
lo felices que hacen a otros niños.
2-No debemos
obligarles
El niño no debe
compartir porque los padres se lo digamos, él mismo debe comprender lo bueno
que es, y qué beneficios le aporta para él y los otros niños.
Hay que respetar sus
sentimientos, y su ritmo de aprendizaje.
3- Refuerzo positivo
Cuando el niño haga alguna acción de compartir, hay que elogiarle. Es muy importante reforzar los momentos cuando se ofrezca a compartir un juguete.
Por ejemplo: "Me
gustó la forma en que compartiste el juguete con Mario. Te debes de sentir muy
orgulloso."
4- El niño
debe saberlo con tiempo
Los niños deben saber
con antelación que cosas serán para compartir, y que las debe de tratar bien
para que otros niños disfruten igual que él.
5- Actividades y
juegos que impliquen compartir
Los padres pueden proponer juegos en los que conviene compartir y jugar
en grupo.
6-Dar ejemplo a nuestros hijos
Ya sea por imitación o porque los padres somos un referente, todo lo que
hagamos lo querrán copiar. La imitación es una técnica muy importante para el
desarrollo del aprendizaje. Debemos por tanto dar ejemplo a
nuestros hijos; que observen cómo sus
padres son personas generosas en el trato diario con otras personas y cómo se
comportan con los demás siendo amables y generosos, no desperdiciemos ninguna
oportunidad, y que vean lo bien que nos hacen sentir las buenas acciones.
0 comentarios:
Publicar un comentario