En 1806 las tropas napoleónicas humillaron al
ejército prusiano en la batalla de Jena. Fue el comienzo de la educación
pública. El filósofo prusiano Johann Fichte, en su famoso Discurso a la nación alemana, aseguró que la catástrofe era completa
responsabilidad de la independencia de los alemanes: era necesario un pueblo
sumiso y dominado por las consignas gubernamentales.
O, por aludir a otro filósofo defensor de la educación pública, Franz
de Hovre, ésta debía ser "educación del Estado, educación por el
Estado y educación para el Estado". Frase que demuestra la raíz fascista
del modelo de educación pública, pues resulta casi idéntica a la que poco
después pronunciaría Benito Mussolini: "Todo por el Estado, nada fuera del
Estado, nada contra el Estado".
El Estado debía adoctrinar al pueblo llano para disciplinarlo y convertirlo
en un instrumento al servicio de las aspiraciones de los políticos. De esta
manera, tres años después de la batalla de Jena se instauró el sistema
educativo alemán, cuyo objetivo declarado era la creación de cinco grupos
sociales: a) soldados obedientes para el ejército, b) trabajadores obedientes para
las minas, c) buenos súbditos para el Gobierno, d) empleados serviles para la
industria y e) ciudadanos que pensaran de la misma manera en la mayoría de las
materias.
Este aborregamiento de la sociedad alemana era practicado en laVolkshochschule o
Escuela del Pueblo, a la que acudía el 95% de la población. Se demoró la edad
de alfabetización hasta los siete años, y se sustituyó el aprendizaje de las
grafías por el de los fonemas. Con este método, los niños aprendían tarde y mal
a leer, ya que eran incapaces de relacionar los sonidos con lo que estaba
escrito.
Frente a esta "Escuela del Pueblo", el sistema prusiano
creó otro tipo de centros donde se ofrecía una educación tradicional de mayor
calidad; y los llamó, con una sinceridad pasmosa, Realschule, es
decir, la "Escuela Auténtica". A estos colegios acudía poco más del
5% del alumnado, y su cometido era educar a los líderes del futuro. La Escuela
del Pueblo creaba las masas colectivistas, y la Escuela Auténtica los generales
que las comandarían.
No es casual que todo este entramado intervencionista y estatalista fuera fruto de una guerra. En realidad, el Estado no es más que una guerra continua contra la sociedad.
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